Tuesday, August 18, 2009

La triste historia de un ranchero enamorado

Todo fue que empezó a beber. Yo le decía que eso no nos iba a dejar nada bueno, pero por un lado le entraba y por otro le salía y diario llegaba como campeón de borracho; decía que era por que le invitaban los clientes y ni modo de decir que no y además en ése ambiente sentimentalón, pues se le antojaba echarse una que otra copita ¿ no? Yo para mis adentros pensaba que se jodía de lo lindo, que se sobaba el lomo como los meros buenos, así que era justo le diera rienda suelta al cuerpo !pus que caray! ¿no? Pero hubieran visto antes, cuando rodábamos por la provincia, todos me lo chuleaban, y que si era el sucesor de Javier y de Pedrito, que ya ven que hace falta alguien que venga a llenar el hueco que dejaron o por lo menos para que en la televisión ya le cambien­ en Los Inmortales del Cine Nacional, decían en broma los cuadernos ¿ve?

Si, ya me lo empezaban a conocer, como que cantaba como los merititos ángeles de Puebla ¿eh, qué tal?

Y no crea usted que son chorizos, hasta me lo venían a buscar para que cantara en fiestas y serenatas y uno que otro festival en la provincia. Como ésa vez que le atizaron unos guitarrazos quesque por que resultó que el que lo contrató era el meritito detalle de la señito a la que se le estaba cantando y !hubieran visto! al rato que llega el pinche marido con un trío y !la que se arma! que saca tremenda pistolota y al primero que encañona ¿a que no adivina? pues si, al meritito Jorge Solís que así era como se llamaba, así había decidido llamarse quesque por que él era el sucesor de todos los charros cantores habidos y por haber, por ahí tengo un recorte con ése nombre, aluego se lo enseño pa´que se dé un ligero quemón; la verdad es que le quedaba bonito y por ahí anduvo rodando con ése nombre unos años, dos para ser exactos; bueno ¿en que nos quedamos? !ah, si! pues como le iba diciendo: que lo encañona con tremenda pistolota y cuando todos los charros que lo acompañaban hicieron lo que tenían que hacer, tomando en cuenta, no solo que era un compañero charro, sino que, además, era el que conseguía la chamba y el dinero con su creciente fama de cantante, es decir, cuando pusieron pies en polvorosa y corrieron como liebres asustadas, desperdigándose por las calles más cercanas, él, ahí, como todo buen charro que se respete, se quedó a ver de qué cuero salían mas correas, solo que de repente, !cuas! el marido que me lo descuenta con una de las guitarras, sorrajándosela en plena carita de ángel que tenía; cuando yo me acerqué para ayudarlo, pude ver la tremebunda rajada que tenía mi Jorgito, digo mi Melquiades, que así era como en realidad se llamaba y solamente yo sabía, como una especie de Luisa Lein, la del Supermán; bueno, pues que le veo la herida en la frente por donde chorreaba sangre como de la llave del agua y ¿quécreustequehice? ¿eh? pues ahí mismo que suelto tremebundo alarido como lo pegan las heroínas cuando van a fusilar a sus galanes en las películas y ¿quecrequepasó? pues el señor que estaba con la guitarra en todo lo alto para soltar el segundo zambombazo, que se queda como paralizado y yo, ni tarda ni perezosa, que le suelto otro de mis mejores alaridos, un !nooooo! así todo desgarrado y largo largo, tantito que me quería yo pulir y tantito que me nacía, pues por ése tiempo andaba yo arrastrando el gabán por mi Melquiades, así como lo oye; bueno, pues ésa noche el Melquia y yo nos quisimos como nunca y nos fuimos a festejarla en grande ya que se aclaró que nosotros y, sobre todo, mi Melquiades, solo habíamos sido contratados y que el señor que iba a pagar, ya había puesto muchas calles de por medio; y así, con toda la carita como camote nos quisimos de a puritito devis.

Ese tiempo era buena época, estaba ganando su buen dinero y aunque llegaba casi afónico por las madrugadas, decía que le gustaba un resto andar en eso de la cantada, que lo buscaban mucho para que cantara; fue también por ése tiempo que se mandó hacer un traje de charro, ése que está colgado ahí, ése merito, el azul rey ¿verdad que está de peluches? bueno, pues debiera de haberlo visto, hasta se compró una pistola para completar la imagen !que porte carajo! parece que todavía lo veo salir por la puerta cuando se iba camellarle a Garibaldi: se colocaba su moño rojo con puntos blancos y ése ornato, que, aunque es de acero inoxidable, le sentaba que ni mandado hacer y ora pues, a darle. De repente yo le caía por ahí, por Santa Cecilia, por El Tenampa o por cualquiera de las calles de ése rumbo; ahí lo veía correteando coches paver si contrataba turistas ya fueran de aquí o del otro laredo, les prometía muchas canciones de ésas bonitas y de moda ¿se acuerda de De qué manera te olvido? pues mi Melquia se la reventaba mucho mejor que el Chente ¿eh, qué tal? y ahí tiene a la bola de borrachos bien gises gritando que igualito que el Chente ¿eh? y suelta y suelta los devaluados pesos !ah! porque para eso, no hay como los de aquí !pues claro! como que a éstos les calan macizo las canciones, éstos chupan a morir y piden más canciones de ésas de mucho amor, de ésas que te desgarran el corazoncito tirano como dice Amalia; y ahí tienes a mi Melquia cante que cante y !claro! tenía que llegar. Un buen día, un señor lo escuchó cantar ahí mismo, en la calle , como en la película ésa de Ranchero a Millonario III, ¿se acuerda usted? esa donde un productor de discos escucha cantar al héroe y en un abrir y cerrar de ojos lo hace estrella del cine nacional y al final todos felices y contentos ¿ya se acordó?. Si, que lo escucha y ¿a que no adivina? !claro que sí! nada menos que un disco de prueba para ofrecérselo a las disqueras y quién quita ¿no? ¿cómo la ve disdeahí? ¿verdad que increíble?. Si le digo que nos estaba sucediendo como en las películas; luego luego le llovieron cantidad de ofertas de toda clase: le salieron amigos hasta de las coladeras, todos los mariachis de Garibaldi y sus alrededores se lo querían piratear nomás se enteraron que alguien lo había ofertado de ésa manera, pero él que nel, él se mantuvo fiel al mariachi que había creído en él, que no se fueran a crear una imagen falsa de su calidad humana, él mismo lo dijo; claro, esto de la calidad humana se lo fusiló del buenazo de Pedrito Infante que para esto se pintaba solo, se acordará como se apuntaba un hit cada que salía en los periódicos regalando algo a un bolero o besando alguna venerable anciana ¿verdad? bueno, pues más o menos ésa era la situación que teníamos por ése entonces, claro que todas las ofertas eran modestas, pero por algo se empieza !que caray! ¿no? Decía que todo lo que tenía que hacer era ponerse a trabajar como los meros buenos, que lo demás vendría solito, así que le iba a camellar donde le dijeran, desde pachangas familiares hasta mítines del pri !lo hubieran visto! !cómo lo aplaudían! con decirle que una vez, un fulano nos dijo que debíamos gastar un dineral en paleros y gritones paque le aplaudieran y !oiga usted! que se me hincha el pecho de orgullo cuando le contesté que nel, que de donde jodidos íbamos a sacar dinero, si apenas sacábamos pa medio comer, medio vestir ¿eh? de todos modos el sujeto ése no se fue muy convencido ¿verdad? pero imagínese si no cantaba a todo dar mi Melquiaditas.

Esa canción que le digo, De qué Manera te Olvido, mi Melquia la cantó mucho antes que el Chente, mucho antes y mucho mejor, prácticamente él la dio a conocer, solo que ya ve usted como son las cosas aquí en México lindo y querido !claro! llega el otro cabrón ya con más fama, la canta y ¿qué pasa? que se olvidan del que la trajo por ahí dándola a conocer; bueno, qué le va uno hacer ¿verdad? pero bien que la cantaba el canijo....... verás que no he cambiado, estoy enamorado, tal vez igual que ayer, quizás te comentaron, ayayayay, ora nomás se viste cualquier cabrón de charro y ya dicen que es cantante, sólo porque tiene algún familiar que es o fue artista o porque tiene una hermana que anda dando lo que usted está pensando a alguien relacionado con eso de la cantada, alguien que tenga chance en la radio o en la telera, pos así hasta mi abuelita ¿no? deberían de ponerse a camellarle duro y tendido como mi Melquiades, irse a talonearle a los camiones o al metro, de perdiz a las cantinas a consecuentar a una bola de pinches borrachos o cuando menos a unos de ésos dizque festivales que hacen en los pueblitos, ¿a ver? que digan ¿quién de todos ésos dizque cantantes se ha aventado una rola de ésas? ¿eh, a ver?

Pero ya le digo, nomás de acordarme hasta suspiro. Empezó a llegar borracho casi a diario !carajo!, llegaba por ahí de las cinco seis de la madrugada hasta el gorro de tomado y todavía vestido de charro cantor, lo recuerdo como en un sueño: tambaleándose, cojiéndose de las paredes del condominio, tarareando una canción de moda, El tiempo pasa, y no te puedo olvidar, te traigo en mi pensamiento constante mi amooooor, y así todas las pinchurrientas noches; eso sí, era rete cariñoso conmigo, no faltaba noche que no me trajera algo, pero principalmente mis pescaditos fritos o mis pistaches, parece que lo veo ahí, en el centro del cuarto, sacando del estuche de la guitarra el paquete de pescados que luego me traía hasta la cama donde siempre me encontraba esperándolo, no me vausteacrer, pero me chutaba toda la programación de la tele y otro poco más, sentada aquí, pensando en su llegada, imaginando que cada carro que escuchaba era donde venía él; bueno, pues llegaba y me daba mi beso después de entregarme mis golosinas, yo le contaba lo del día mientras él se desvestía, luego se metía en la cama y a dormir como bendito hasta otro día.

Por las mañanas nos salíamos a pasear por ahí, !lo hubiera visto! cariñoso como ninguno, nos gustaba ir por La Marquesa o por Chapultepec, las lanchas y no sé qué tantas cosas más, el chiste era que queríamos pasa el tiempo juntos ¿vé? luego regresábamos a prepararnos otra vez. Por ése tiempo quisimos tener un hijo, pero quién sabe por qué Diosito nos lo negó, ya ve usted cómo son ésas cosas ¿no? pero la verdad es que nos dolió rete macizo, luego hasta yo le entraba reduro al Don Pedro y al bacachí y nos poníamos como campeones los dos hasta que terminábamos chillando a moco tendido y cantando puras de mucho dolor ¿no quiere un trago? ¿no? bueno, entons compermisito ¿ya vé? ya hasta me estoy poniendo sentimental, por eso no me gusta acordarme de ésos tiempos.

Bueno, puse fíjese que un buen día, mejor dicho una mala madrugada, que me lo traen todo adolorido, que le dolía aquí, que le dolía mas acá, bueno, pus que me pone el susto del siglo cuando lo vi así, todo desencajado y maltratado, sin poder sostenerse sólo; él como que quiso disimular la cosa, como que no le daba importancia para que no me preocupara ¿vé? pero yo lueguito me di cuenta, hasta se me hace un nudo en la garganta nomás de acordarme de la dignidá de mi Melquia !pérese! orita me lo deshago, con su permiso ¿eh? estas pinches lagrimas que no me dejan, pero es que se siente recanelo recordar éstas cosas ¿usted comprende, no? déjeme subirle al radio un poco, ésa es de las que entonaba Melquia...... ya está; pus sí, como le iba diciendo, su dolor estaba aquí, a un ladito del estómago, aquí mero, además de un resto de moretones que parecía leopardo y ¿qué cree usted? rapidito que nos lo llevamos pal hospital y al tercer día que palma mi Melquia ¿que qué es eso? ¿cual? !ah, si! pus que se muere ¿pasusteacrereso? ¿cómo era posible? me decía yo desesperada, no podía creerlo, sufrí mucho.

Me lo contaron conforme estuvimos en el hospital primero y luego durante el velorio y el entierro: cuando vio que se acercaba un auto, de ésos todos pirrurris, corrió como siempre a ofrecerle sus canciones, solo que.... en ésos momentos que le entra el desgraciado dolor y se cae hacía adelante, justo a donde venía el coche y que me lo bota por allá todo descuadernado y lastimado y, para el colmo, en el hospital que lo atienden de los moretones y no del dolor.... ¿cómo era que a mí me pasaran éstas cosas? si le digo que hasta queríamos encargar un hijo, perdóneme, pero ahora sí chillo ¿no le digo que son que son injusticias? lo mismito que a los charros cantores de Mexiquito lindo y querido, sólo que ésos lo tenían todo: fama, dinero y mujeres, todo ¿vé usted? y mi Melquia nada ¿me creerá usted si le digo que tengo como un año de andar mendingando algo de dinero al pinchurriento sindicato donde estaba afiliado !claro! como el todavía no era una estrella del canal de las estrellas que se chingue ¿no? !ah, pero eso sí! en vida, cáigase con su cuota ¿no? ¿qué dice? ¿que ya no haga recuerdos? pero si es lo único que me queda de él ¿que me hacen sufrir? !pus claro que me hacen sufrir! si yo lo quería de verdá! ¿pus que se ha creído usted? ultimadamente, pus me gusta sufrir ¿y qué? además ¿a usted qué jodidos le importa? yo no sé porqué le conté éstas cosas íntimas, pinche metiche !sáquese de mi casa! !órale! antes de que le sorraje con la botella, al fin que ya sólo queda paun buche !pírese, pero ya!

trevi 95

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