A las tres y media de la tarde, las bocinas del Cine Colonial abren el silencio poniendo fin a la sobremesa y a la siesta de mediodía tocando festivamente la Marcha de Zacatecas. Se anuncia la función doble con excepcional programa de cine mexicano y después inicia el concierto del pueblo con “Me caí de la nube en que andaba...” y se siguen sucesivamente “El rey”, “Valentín de la Sierra” , “Albur de amor” y una serie de melodías del género ranchero y norteño. A las cuatro de la tarde, nuevamente con la Marcha de Zacatecas empieza la función vespertina que termina a las siete de la noche y de nueva cuenta empieza el desfile musical para la función de las ocho. Así repetidamente todos los domingos, martes, jueves viernes y sábados de cada semana, durante los cuales se incorporan los nuevos éxitos del momento al acervo musical de Colotlán. Por las mañanas, los amigos, los que ya usan botas y sombrero invitan a escuchar “El nuevo cariñito”, “La loba catrina” o “El cerillaso” esta última de los Tremendos Gavilanes Juan y Salomón. En la noche, las amigas preguntan si ya escuchaste la canción de los Terrícolas “El plebeyo” o la del “Reloj” con los Pasteles Verdes y por supuesto “Esa rosa roja” de Juan Gabriel. En medio de todo esto, en el verano de 1975 aparecen tres cassettes junto con una grabadora en manos del primo Carlos. Con los tres botones de la grabadora de pilas, play, forward y record, Fabio, Carlos y el que esto escribe, descubrimos a los Beatles, el mejor grupo del mundo según fuimos informados, mejores cantantes, mejor guitarrista, mejor baterista y mejor bajista, pero independientemente de esto, lo que sí pudimos experimentar fue que tenían el mejor ritmo que hubiéramos escuchado... y sentido... Love love me do, you know I love you..., Please please me oh yeah like I please you ..., Came on baby drive my car.... y en ese entonces no sólo fueron los mejores sino los únicos para nosotros.
A partir de ese verano quedamos marcados por el rock & roll, pasamos a formar parte de una isla desierta en la que nadie compartía nuestra afición musical. Empezamos a conseguir fuera de Colotlán más música de los Beatles, nos la ingeniamos para conseguir las entonces modernas radiograbadoras SONY y buscamos la manera de conectarlas al tocadiscos de las inmensas consolas de madera y así reprodujimos casi la colección completa de los discos disponibles en México. Nos juntábamos a escuchar los cassettes y fuimos asimilando cada uno de los álbumes; Los Beatles, A hard day’s night, El Álbum Azul, El Álbum Rojo, El Álbum Blanco, Let it be, Abbey Road, Help, Rubber Soul, Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, Magical Mystery Tour y muchos más. Aunque desfasados, evolucionamos siguiendo la producción cronológica del grupo, nosotros mismos cambiamos con cada nuevo disco que conseguíamos, así pasamos de los rocanroles clásicos como “Twist y gritos” y al “Compás de Bethoven”, a las baladas “Ayer, “Hey Jude” y “Déjalo ser”, a las rítmicas “Regresa” y “Regreso a la URSS”, recorriendo a través de las psicodélicas “Lucy en el cielo de diamantes” y Un día en la vida”, llegando a los blues “No me abandones” y “Oh querida” para terminar con el rock pesado de “La banda de los corazones solitarios del sargento Pimienta”, “Cumpleaños” y “Con Prisa (Helter-skelter)”.
De esta forma nos integramos a los seguidores de John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Star y al mismo tiempo que tomamos partido por la creatividad, la rebeldía y libertad de Lennon, salí de Colotlán a la edad de quince años para ingresar a la preparatoria en la ciudad de Zacatecas, esto es, en septiembre de 1976. En este nuevo mundo, la búsqueda de más obras de los Beatles me sorprendió con la existencia de un universo musical enraizado en el rock & roll y de buenas a primeras me encontré escuchando a Los Doors, Los Rolling Stones, Pink Floyd, Deep Purple, Queen y a Led Zeppelin. Mis primos que eran menores que yo me alcanzaron más tarde en Zacatecas y así fuimos deleitando nuestro gusto con Rhythm & Blues, Rock & Roll, Folk, Heavy Metal, Progresivo, Blues, New Age, Jazz y toda una gran variedad de música proveniente de la influencia de los Beatles. Este gusto me ha acompañado por veinte años, a través de los cuales no he dejado de escuchar a los Beatles, por eso cuando ahora mi hijo de ocho años me pregunta que si tengo una canción que dice; “She loves you yeah yeah yeah”, me da gusto decir bienvenido, John Lennon.
Morralito
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