Los caminos del norte fueron un libro abierto para quienes avidos de dinero y aventura se lanzaron a ellos. La generacion de los ochenta dejo un legado que otras generaciones habrian de depurar. Ante el azoro de la comunidad aquellos quienes regresaban triunfantes exhibiendo una riqueza inagotable comenzaron a transformar los modelos y los estereotipos en un pueblo en el que no habia muchas oportunidades para triunfar y acceder al brillo economico y social. Las calles se convirtieron en el escenario de francachelas en las que la musica y la bebida fueron elementos nunca economizados. Durante toda esa decada y la siguiente (los noventas) el dinero siguio fluyendo hasta que derrumbaron la torres gemelas, pero para entonces ya la experienciencia en llevar almas al norte habia sido transformada por aquella otra de llevar cargas hacia el norte, y el dinero siguio fluyendo, aunque la fiesta ya no era igual de escandalosa, la discrecion se impuso de alguna manera. El estado de cosas actual es en buena parte herencia de aquellos anos, de esa busqueda del beneficio personal y de la riqueza sin importar que. Las heredades tienen sitiado al pais, y la solucion es facil, aunque no lo parezca.
Wednesday, October 1, 2008
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